La Iglesia 1. La acción del clero

Abstract

Establecido el Protectorado y como medida de control de la acción del clero, José de San Martín, creó la Junta Eclesiástica de Purificación, que funcionó con el fin de comprobar la lealtad y la adhesión de los clérigos y eclesiásticos católicos al nuevo régimen. Mediante informaciones como la declaración jurada del evaluado, declaraciones y/o cartas de testigos, constancias o evidencias de donativos y toda clase de pruebas que certificaran el apoyo brindado a la causa libertaria y que denotaran la idoneidad patriota de sacerdotes y clérigos. La Junta Eclesiástica de Purificación actuaba así, como la encargada para aprobar la continuidad en los curatos y capellanías o si debían ser removidos y reemplazados por elementos de la iglesia demostradamente patriotas. La Junta Eclesiástica de Purificación estuvo compuesta por prebendados del Cabildo y fue presidida por don Toribio Rodríguez de Mendoza con la anuencia del arzobispo Bartolomé de Las Heras, ante la negativa de éste de aceptar intromisiones en sus funciones por parte del ministro Bernardo Monteagudo renunció, siendo reemplazado por el Dean del Cabildo de Lima, Vicario Capitular Francisco Javier de Echagüe. Funcionó desde el 28 de agosto de 1821 hasta diciembre de 1822. Entre los testigos estaban San Martín, Álvarez de Arenales, Riva Agüero, Miller, Tagle. El Padre Armando Nieto divide este tomo en dos volúmenes, en este primero se incluyen 87 expedientes de purificación individuales en orden alfabético de los apellidos que comienza en “A” hasta los de “LL”, en ellos los curas dan muestras de “su adhesión a la justa causa americana”. Además, de comunicaciones entre el Gobierno Eclesiástico y la Junta de Purificación (pp. 1-35), entre ellos comunicaciones entre Monteagudo y Echagüe (pp. 22-24) y remisiones de expedientes y listas de eclesiásticos.